Enfermedad Pélvica Inflamatoria

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¿Qué es la Enfermedad Pélvica Inflamatoria?

La enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) es una infección en los órganos reproductivos de la mujer. Los órganos reproductivos incluyen el útero, las trompas de falopio, los ovarios y el cuello uterino.

La enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) puede ser causada por distintos tipos de bacterias. Generalmente, la enfermedad pélvica inflamatoria es causada por bacterias de ITS (Infecciones de transmisión sexual). Con frecuencia, la EPI es causada por bacterias normales que se encuentran en la vagina.

¿Cómo se puede contraer una Enfermedad Pélvica Inflamatoria?

Una mujer puede contraer EPI si las bacterias suben desde la vagina o el cuello uterino e ingresan a los órganos reproductivos.

Numerosos tipos de bacterias pueden causar EPI. Generalmente, la EPI es causada por una infección que proviene de dos infecciones de transmisión sexual: gonorrea y clamidia. La forma más común de contraer estas infecciones es tener relaciones sexuales con una persona que las tiene. Estas enfermedades se transmiten en el semen y otros fluidos corporales de personas infectadas.
Durante el contacto sexual, los gérmenes se propagan al cuello uterino de la mujer. Los gérmenes también pueden infectar las glándulas en la abertura de la vagina, la uretra (el conducto de la orina) o el ano.

También puedes contraer una EPI sin tener una ITS. Las bacterias normales de la vagina pueden ingresar a los órganos reproductivos de la mujer y en ocasiones causar una EPI. A veces, las bacterias llegan hasta los órganos reproductivos de la mujer debido a una ducha vaginal. No te hagas duchas vaginales. Ningún médico ni enfermera recomienda las duchas vaginales.

El riesgo de contraer una EPI aumenta si tuviste una ITS, tuviste una EPI antes, eres menor de 25 años y mantienes relaciones sexuales (La EPI es más común en mujeres de entre 15 y 24 años); tienes más de una pareja sexual o sales con alguien que tiene múltiples parejas sexuales; te das duchas vaginales, lo que puede empujar las bacterias hacia los órganos reproductivos y provocar EPI; te has colocado un dispositivo intrauterino (DIU, el riesgo de contraer EPI es mayor durante las primeras semanas posteriores a la colocación de un DIU pero, luego de este tiempo, es raro que se desarrolle).

¿Cuáles son los signos y síntomas de la EPI?

Muchas mujeres no saben que tienen una EPI porque no presentan ningún signo o síntoma. Cuando se presentan, los síntomas pueden ser leves o más graves. Los signos y síntomas incluyen: dolor en la parte baja del abdomen (este es el síntoma más común); fiebre y escalofríos; flujo vaginal que puede tener mal olor; relaciones sexuales dolorosas; dolor al orinar; períodos menstruales irregulares; dolor en la parte superior derecha del abdomen (poco común); sangrado después de la relación sexual; sentirse muy cansada y falta de apetito.

La EPI puede comenzar rápidamente, con dolor extremo y fiebre, especialmente si es causada por la gonorrea.

¿Cómo se diagnostica la EPI?

Para diagnosticar la EPI, los médicos generalmente realizan un examen físico para detectar signos de EPI y pruebas de detección para ITS. Si crees tener EPI, consulta con un médico lo antes posible.

Si tienes dolor en la parte inferior del abdomen, tu médico te revisará para buscar flujo inusual proveniente de la vagina o del cuello uterino; un absceso (acumulación de pus) cerca de tus ovarios o trompas de Falopio; sensibilidad o dolor en los órganos reproductivos.

Algunas pruebas que puede tomarte el médico para explorar la posibilidad de una EPI son pruebas de ITS, especialmente gonorrea y clamidia; una prueba para detectar una infección de las vías urinarias u otras afecciones que puedan provocar dolor pélvico; ultrasonido u otros estudios por imágenes para que tu médico pueda buscar signos de EPI en los órganos internos.

¿Qué puede pasarle a mi cuerpo si tengo EPI?

El tratamiento temprano y completo puede ayudar a prevenir complicaciones causadas por la EPI. Sin embargo, si no se trata, puede causar daño permanente a sus órganos internos. Se puede formar tejido cicatricial en las trompas de Falopio y alrededor del abdomen. Este tejido puede impedir el embarazo.   También puede causar que el embarazo se forme fuera del útero. Esto se llama embarazo tubárico o ectópico. La cicatrización puede causar dolor que dura meses o incluso años. Ocasionalmente, los efectos de la EPI pueden ser tan graves que se requiere cirugía para eliminar el pus, eliminar el tejido cicatricial o eliminar los órganos dañados.

Es más probable que vuelva a tener EPI si está expuesto nuevamente a las ITS. Cada vez que tiene EIP, causa más daño y una mayor posibilidad de complicaciones. Los antibióticos tratarán la EPI, pero no solucionarán ningún daño permanente que se haya producido en los órganos internos.

¿Cómo puedo prevenir una EPI?

Usted puede prevenir la EPI practicando relaciones sexuales seguras. La única manera absoluta de prevenir una ITS es no tener relaciones sexuales (abstinencia). Usted puede reducir el riesgo teniendo relaciones sexuales solo con una persona, su riesgo de contraer una ITS aumenta con la cantidad de parejas sexuales que tiene. Su riesgo también disminuirá si usted y sus parejas
sexuales se realizan exámenes de ITS antes de comenzar una relación. Usar un condón cada vez que tenga relaciones sexuales también reduce el riesgo. Si se trata de una nueva pareja, háganse examinar antes de comenzar a tener relaciones sexuales. Los exámenes pueden detectar infecciones que no están causando síntomas. Si usted es una mujer sexualmente activa de 24 años o
menos, debe hacerse exámenes todos los años de clamidia y gonorrea. No abusar del alcohol o las drogas. Beber demasiado o usar drogas puede llevar a comportamientos riesgosos. Puede aumentar su riesgo de estar expuesto a ITS.

No usar duchas vaginales Las duchas vaginales eliminan las bacterias normales de la vagina que ayudan a combatir las infecciones. También ayuda a las bacterias a viajar a otras áreas del tracto reproductivo donde pueden causar infección.

¿Cómo se trata la EPI?

Tu médico te dará antibióticos para tratar la EPI, por ejemplo, doxiciclina, ciprofloxacino, azitromicina, entre otros. La mayoría de las veces, se usan dos antibióticos como mínimo para atacar distintos tipos de bacterias. Debes terminar de tomar todos los antibióticos, incluso si los síntomas desaparecieron. Esto ayuda a asegurarse de que la infección está totalmente curada. Visita a tu médico nuevamente cuando se lo indique para corroborar que el tratamiento esté dando resultado. Si recibe tratamiento para la EPI, especialmente si es causada por una ITS, su pareja también debe recibir tratamiento. A menos que se trate a su pareja, puede volver a infectarse.

Probablemente, tu médico te sugiera ir al hospital para tratar tu EPI si estás muy enferma; estás embarazada; tus síntomas no desaparecen después de haber tomado antibióticos; si no puedes tragar pastillas (de ser así, necesitarás antibióticos por vía intravenosa); si tienes un absceso en una trompa de Falopio o en un ovario.

Si continúas teniendo síntomas o si el absceso no desaparece después del tratamiento, probablemente sea necesaria una intervención quirúrgica. En general, los problemas ocasionados por la EPI, como dolor pélvico crónico y cicatrices, son difíciles de tratar. Sin embargo, en ocasiones mejoran después de la cirugía.

Referencias: