¿Sientes con frecuencia que no puedes respirar, porque te falta oxigeno?, ¿eres o fuiste fumador?
¿Qué es la EPOC?
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad crónica inflamatoria de los pulmones que obstruye el flujo de aire desde los mismos. Las personas con EPOC tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón y una variedad de otras afecciones respiratorias infecciosas.
¿Por qué motivo aparece y cuáles son las causas de este padecimiento?
La causa principal de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es el tabaquismo. Aproximadamente del 20 al 30% de los fumadores crónicos pueden tener EPOC.
Cómo resultan afectados los pulmones
El aire se traslada por la tráquea e ingresa en los pulmones por medio de dos tubos largos (bronquios). Dentro de los pulmones, estos tubos se dividen muchas veces, como las ramas de un árbol, en tubos más pequeños (bronquiolos) que tienen en sus extremos sacos de aire diminutos (alvéolos).
Los sacos de aire tienen paredes muy delgadas repletas de vasos sanguíneos (capilares). El oxígeno presente en el aire que inhalas atraviesa estos vasos sanguíneos e ingresa en el torrente sanguíneo. Al mismo tiempo, se exhala dióxido de carbono (un gas que es un producto de desecho del metabolismo).
Los pulmones dependen de la elasticidad natural de los bronquios y de los sacos de aire para que el aire salga del organismo. A causa de la EPOC, pierden su elasticidad y se estiran en exceso, por lo cual queda aire atrapado en ellos al exhalar.
¿Qué síntomas tiene?
Los síntomas de la EPOC no suelen aparecer hasta cuando ya se ha producido un daño significativo y, por lo general, empeoran con el tiempo, particularmente si el paciente sigue expuesto al humo del tabaco. Otros signos y síntomas de la EPOC pueden incluir los siguientes:
- Dificultad para respirar, sobre todo durante la actividad física.
- Silbido al respirar.
- Presión en el pecho.
- Tener que aclararse la garganta temprano a la mañana, debido al exceso de mucosidad en los pulmones.
- Una tos crónica que puede producir mucosidad (esputo), la cual puede ser transparente, blanca, amarilla o verdosa.
- Color azul en los labios o las uñas (cianosis).
- Infecciones respiratorias frecuentes.
- Falta de energía.
- Pérdida de peso involuntaria (en los estadios más avanzados).
- Hinchazón en los tobillos, los pies o las piernas.
¿Cuáles son los tratamientos?
Un diagnóstico de EPOC no es el fin del mundo. La mayoría de las personas tienen casos leves de la enfermedad, para los cuales no se necesita mucha más terapia que dejar de fumar. Incluso en estadios más avanzados de la enfermedad, existe una terapia eficaz que puede controlar los síntomas, reducir el riesgo de complicaciones y reagudizaciones, y mejorar tu capacidad de tener una vida activa.
La medida más importante en cualquier plan de tratamiento para la EPOC es dejar de fumar por completo. Es la única manera de impedir que la EPOC empeore, lo cual a la larga puede reducir tu capacidad de respirar.
Habla con tu médico acerca de los productos y medicamentos reemplazantes de la nicotina que podrían ayudar, y también acerca de cómo manejar las recaídas. Tu médico también puede recomendarte un grupo de apoyo para personas que quieren dejar de fumar. También es una buena idea evitar la exposición al humo de segunda mano cuando sea posible.
Los medicamentos (que, por lo general, vienen en un inhalador) relajan los músculos que rodean las vías respiratorias. Esto puede ayudar a aliviar la tos y la dificultad para respirar, además de hacer que respires más fácilmente. Según la gravedad de la enfermedad, es posible que necesites un broncodilatador de acción rápida antes de realizar ciertas actividades o un broncodilatador de acción prolongada que uses todos los días, o ambos.